miércoles, 9 de mayo de 2012

La imagen de mamá en nuestra vida



A los 4 años: "¡Mi mamá puede hacer cualquier cosa!"

A los 8 años: "¡Mi mamá sabe mucho! ¡Muchísimo!"

A los 12 años: "Mi mamá realmente no lo sabe todo..."

A los 14 años: "Naturalmente, mi madre no tiene ni idea sobre esto"

A los 16 años: "¿Mi madre? ¡Pero qué sabrá ella!"

A los 18 años: "¿Esa vieja? ¡Pero si se crió con los dinosaurios!"

A los 25 años: "Bueno, puede que mamá sepa algo del tema..."

A los 35 años: "Antes de decidir, me gustaría saber la opinión de mamá"

A los 45 años: "Seguro que mi madre me puede orientar"

A los 55 años: "¿Qué hubiera hecho mi madre en mi lugar?"

A los 65 años: "¡Ojalá pudiera hablar de esto con mi mamá!"

Hoy quiero darte las gracias por todas aquellas pequeñas cosas que hiciste por mí a lo largo de tu vida...

Gracias... por haberme admitido en tu cuerpo durante 9 meses, por haber compartido conmigo tu espacio, tu aire y tu mundo y por haber soportado valientemente todo el dolor que en su momento implicó para ti darme la vida.

Gracias... por tu tiempo y atenciones mientras fui un bebé indefenso, por tus miles de cuidados, por alimentarme pacientemente cada día.

Gracias... porque a medida que fui creciendo siempre estuviste a mi lado, aun cuando yo no deseaba que estuvieras ahí, por tu útil consejo en los momentos difíciles y por todas las veces que callaste para que yo aprendiera con tu silencio.

Gracias... por enseñarme el amor a la lectura, porque gracias a eso crezco día a día, gracias por tu enorme fe en Dios, por inculcarla en mí desde pequeña, y porque siempre actuaste congruentemente con esa fe, aun en los momentos más difíciles de tu vida.

Gracias... por enseñarme a dar, a compartir, sin importar si la otra persona merecía recibir o no, porque con tu ejemplo aprendí a cuidar de los demás y a procurarles siempre lo mejor. Gracias también por enseñarme a escuchar, a veces eso ayuda más que todo el oro del mundo.

Gracias... por darme tu mano cuando lo necesité, por estar siempre cerca y aun así permitir que tomara mis propias decisiones, mis propios riesgos.

Gracias... por dejarme decidir, por respetar mis decisiones, por estar ahí cuando tuve descalabros.
Gracias... porque hoy, aunque ausente, tu recuerdo me acompaña, me guía, y me da fuerzas en los momentos difíciles.

Gracias... por ser mi madre, eres es el ser más maravilloso que he conocido, no tengo palabras para agradecerle a Dios el que me haya permitido ser tu hija y todo el tiempo que nos permitió estar juntas. 

Demostrémosle a nuestra madre lo importante que es para nosotros, lo mucho que la amamos y queremos..!!! Hagámoslo ahora que la tenemos, y no cuando ya no esté a nuestro lado. Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde! 

TE AMO MAMA...!!!!


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